Más de veinte años de trabajo con las palabras y la imaginación están reunidos en este libro. La casa del atroz asombro podría ser el nombre de un mito milenario. Podríamos imaginarla como un espacio mágico: abierta desde siempre, tal vez, en otras dimensiones del pensamiento, en las posibilidades de las lenguas humanas. Siempre vamos a contarnos historias de lo extraño, lo imposible, lo que está más allá de nuestros modelos y explicaciones. Nos hace falta hablar de lo que no creemos para entender mejor lo que sí, lo que nos define como seres humanos. Todos iríamos, tarde o temprano, a la Casa, que sería otro lugar fantástico como el Tlalocan, o Narnia, o el mundo llamado Orbis Tertius: un sitio presente en nuestros sueños o pesadillas, verdadero como son verdad las experiencias interiores.
Pocas obras literarias tienen la constancia y la consistencia que se muestra aquí, y menos aún dejan ver la misma pasión por la imaginación fantástica: por hacer a un lado la imitación grosera del realismo y buscar otras experiencias de lo real. El rigor que hay en esa búsqueda se oculta en lo improbable, lo espeluznante, lo simplemente asombroso que aparece incesantemente en todas las historias. Edgar Omar Avilés es un autor visionario: nos hace falta, para que nos guíe por nuestra propia mente, en este tiempo quebrado y confuso.
Más de veinte años de trabajo con las palabras y la imaginación están reunidos en este libro. La casa del atroz asombro podría ser el nombre de un mito milenario. Podríamos imaginarla como un espacio mágico: abierta desde siempre, tal vez, en otras dimensiones del pensamiento, en las posibilidades de las lenguas humanas. Siempre vamos a contarnos historias de lo extraño, lo imposible, lo que está más allá de nuestros modelos y explicaciones. Nos hace falta hablar de lo que no creemos para entender mejor lo que sí, lo que nos define como seres humanos. Todos iríamos, tarde o temprano, a la Casa, que sería otro lugar fantástico como el Tlalocan, o Narnia, o el mundo llamado Orbis Tertius: un sitio presente en nuestros sueños o pesadillas, verdadero como son verdad las experiencias interiores.
Pocas obras literarias tienen la constancia y la consistencia que se muestra aquí, y menos aún dejan ver la misma pasión por la imaginación fantástica: por hacer a un lado la imitación grosera del realismo y buscar otras experiencias de lo real. El rigor que hay en esa búsqueda se oculta en lo improbable, lo espeluznante, lo simplemente asombroso que aparece incesantemente en todas las historias. Edgar Omar Avilés es un autor visionario: nos hace falta, para que nos guíe por nuestra propia mente, en este tiempo quebrado y confuso.